Hace unas semanas os hablábamos de la protección más conveniente para nuestro hogar, y es que esto va muy muy relacionado con la orientación de cada vivienda, por eso hoy queríamos esbozar algún apunte al respecto.
Personalmente nos encanta que la luz inunde nuestras viviendas, salvo cuando en exceso, ésta convierte el interior de los inmuebles en un invernadero.
Esto va a variar y mucho, en función de la orientación de nuestros hogares.
El diseño de los edificios es fundamental en la optimización de la luz natural que penetra en su interior, tanto desde un punto de visto atractivo como práctico.
ORIENTACIÓN NORTE
No se recibirán radiaciones solares directas, es la orientación más fresca. El sol no calienta los paños de fachada ni provocará efecto invernadero en los paños acristalados, tampoco se necesita ninguna medida de protección en verano, puede reflejar la luz de edificios colindantes, pero de manera meramente residual. Si toda la casa se orienta al norte tendremos una casa muy fresca de cara al verano, y al invierno.
Es importante que esas ventanas sean de calidad y sin puente térmico. Las cortinas, contraventanas y estores también ayudan a evitar que entre el frío, o más bien, que se escape el calor.
Es esta orientación la más idónea para la zona de noche (dormitorios y baños) dado que una temperatura más baja ayuda a conciliar el sueño.
ORIENTACIÓN ESTE
Tendremos el débil y caído sol de mañana entrando por nuestras ventanas, que aún no siendo molesto, dada su inclinación lo más conveniente sería un toldo, dada su inclinación.
Se pueden abrir ventanas ya que el aire es más fresco y echar las cortinas para que absorban radiación.
Sería una opción muy agradable para el dormitorio principal si os gusta despertar con los primeros rayos de sol, incluso para el resto de dormitorios y la cocina, ¿os imagináis desayunando con la tenue y cálida luz de la mañana?
En climas cálidos no es tampoco una mala opción para el salón y la terraza, ya que estaríamos evitando el calor del sol de mediodía y podríamos disfrutar de algo de sombra desde la hora de la comida.
ORIENTACIÓN SUR
Es la orientación deseada, la que determina el diseño de un edificio y articula la distribución interior y el ritmo de las fachadas en el exterior. Tiene una ventaja, el sol está muy alto y con un simple voladizo sobre los huecos lograremos sombras sin mayor problema. Con una pérgola o una celosía, con o sin vegetación daríamos una buena solución a salones, porches y terrazas, sobre todo si somos fans de las comidas al aire libre, siestas en la amáca o solariums con un añadido de frescura.
ORIENTACIÓN OESTE
En este caso nuestra vivienda será considerablemente calurosa. El sol está muy inclinado como para poder evitarlo. En la medida de lo posible la opción de lamas puede tamizar la luz del atardecer y disipar el calor generado. Es una buena opción para salones, estancias que se disfrutan al volver del trabajo y en las últimas horas del día.
La orientación es importante pero habría otros factores que determinen lo calurosa o confortable que sea una vivienda. Los pisos inferiores son más fríos mientras que el calor se concentra en los más altos, áticos, buhardillas …. La existencia de edificios colindantes que arrojen sombra también es un condicionante a tener en cuenta.